FIN DE LA EDAD MEDIA
La crisis del siglo XIV
Tras más de dos centurias de relativa tranquilidad social y política que propiciaron la prosperidad de la Baja Edad Media, el siglo XIV trajo una época de crisis en todos los sentidos:
- Desde 1337 se prolongaba la Guerra de los Cien Años, que enfrentaba a franceses e ingleses y acabaría 116 años después.
- Una época continuada de malas cosechas que provocó el hambre y la disminución demográfica.
- No sólo las hambrunas provocaron la disminución de la población, el crecimiento descontrolado de las ciudades las convirtió en entornos insalubres donde se acumulaban deshechos, excrementos y animales, la situación ideal para la propagación de epidemias que se cebaban en los débiles y mal alimentados ciudadanos y se extendían por contagio a todos. La peste negra asoló Europa y mató a un tercio de la población a mediados de siglo. Las ratas, portadoras de la enfermedad la transmitieron mediante las pulgas a las personas.
A finales del siglo XIV y principios del XV, la negra época que se había vivido durante el resto de la centuria fue olvidada por un periodo de bonanza económica y de buenas cosechas, de forma que la población europea volvió a recuperarse.
En este periodo, las monarquías impusieron su autoridad sobre los señores feudales.
El pensamiento se fue centrando en la naturaleza humana en si misma y no desde el punto de vista de su relación con Dios. De esta forma, no sin problemas con la Inquisición, apareció lo que en la siguiente época se llamará el humanismo.
La navegación siguió progresando en técnica, lo que permitió a los barcos europeos llegar más lejos. Los castellanos llegaron a Canarias y los Portugueses colonizaron las Azores y recorrieron parte de la costa africana. Se estaban poniendo las bases técnicas para llegar hasta América.
Todo ello anunciaba la llegada de la Edad Moderna.
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